Nada podía cicatrizar mejor las heridas de un corazón roto que la música; la cadencia de sucesivas notas que se encadenaban a un dolor tan genuino y auténtico como el arte mismo. Él siempre acudió a la música de piano para cicatrizar sus heridas.
Escritor
Nada podía cicatrizar mejor las heridas de un corazón roto que la música; la cadencia de sucesivas notas que se encadenaban a un dolor tan genuino y auténtico como el arte mismo. Él siempre acudió a la música de piano para cicatrizar sus heridas.