Sobre mí

Cierto día me dijeron que para conocer a alguien había que preguntarle qué amaba.

Yo diría amar la palabra por cuanto de humano tiene.

Me refiero a esa palabra que construye un puente entre dos personas que buscan entenderse y enriquecer su intelecto mutuamente; me refiero a esa palabra del arte que expresa emociones y las eterniza, regando de sentir las gentes; esa que embellece el dolor, que se sumerge en lo conocido y en cuanto queda por conocer, esa palabra irreverente que condena su realidad, que critica y transgrede.

Ese amor por la palabra sólo puedo entenderlo sujeto a unos valores de igualdad y libertad. Desde esos valores se expande y se torna auténtica, pues la palabra vive de oír y expresar, se erige comunión entre las personas y, desde ese espacio común, seduce, estremece, transforma, enseña… pero también aprende.

Aún recuerdo esa niñez en que, envuelto en el aroma de los azahares de Sevilla, le escribía poemas a mi madre. Años después le escribiría poesía a mis amantes, a mis miedos y mis pesares. Siempre me fascinó ver cómo, en ocasiones, las emociones y los amores riman.

Quizás sea por eso que me entrego a las letras con pasión, dispuesto a dejarme en pedazos. Escribo con la ambiciosa aspiración de conmover con ellas como ellas me conmueven, desde la soledad de mi habitación, sabiéndome acompañado en ese espacio de comunión que crean.

¿Quién soy entonces? Un escritor, o tal vez un amante de las letras. Soy un poeta que se aventura en la prosa, una mente inquieta que se cuestiona, que se queja pero que busca comprender y crecer con la palabra ajena.

Considero que el amor requiere compromiso. Por esto mismo, más allá de darle vida a nuevas letras, quiero promover la cultura viva que nos rodea. Quiero aportar mi grano de arena a la expresión de quienes se expresan, dar visibilidad a los invisibles, ser altavoz de las voces olvidadas de un presente que nadie escucha.


Amo la palabra por cuanto de humano tiene.

Amo el arte que grita “libertad”.

Amo a quienes aprenden y enseñan.

Y amo a todos esos atrevidos invisibles que, pese a todo,

escriben poemas.

A %d blogueros les gusta esto: